Las lesiones por presión o úlceras por presión, son unas lesiones en la piel o tejidos subyacentes, que pueden producirse por una presión prolongada en un mismo punto. Las personas que pasan muchas horas en la misma posición en cama porque tienen condiciones físicas que limitan su capacidad de movimiento, corren mayor riesgo de sufrirlas.
¿Cómo se clasifican las lesiones por presión (LPP)? Úlceras por presión: clasificación
¿Cómo se clasifican las úlceras por presión? La clasificación de las lesiones por presión (LPP) o úlceras por presión se hace según el tejido cutáneo que comprometa, esto quiere decir que se clasifica de acuerdo a la profundidad de afectación de los tejidos de la piel.
Estas úlceras en la piel presentan un aspecto clínico que va variando a lo largo de su evolución. Inmediatamente antes de la formación de una lesión por presión, aparece en el área expuesta al riesgo una zona de presión, la cual se observa clínicamente como un eritema (enrojecimiento) que blanquea al hacerle digito-presión.
Conozcamos los diferentes tipos y clasificación de las úlceras por presión:
Úlcera por presión grado I
Cuando la zona de riesgo NO es liberada de la presión en un período de aproximadamente 2 horas, esta zona se convertirá en una lesión por presión grado. I. Dicha lesión afecta la epidermis, capa más superficial de la piel; se observa como una mancha púrpura o violácea persistente.
Úlcera por presión grado II
La úlcera por presión grado II se caracteriza por comprometer tanto la epidermis como la dermis (las dos primeras capas de la piel). Al observarla, se puede ver el tejido rojizo con pérdida de la integridad de la piel, lo cual puede presentarse como ampollas o como una laceración superficial.
Úlcera por presión grado III
La lesión por presión grado lll compromete además de la dermis y la epidermis, el tejido celular subcutáneo (hipodermis). Por ser una lesión profunda, suele infectarse con gran facilidad, generando drenaje de líquido seroso o purulento.
Úlcera por presión grado IV
Las úlceras por presión grado IV son lesiones tan profundas que comprometen tejidos como músculo, hueso, tejido cartilaginoso, vísceras, y demás estructuras que sean sometidas a presión. Es frecuente observar tejido necrótico.
Lesiones por presión: Causas
La principal causa para la aparición de tipo de lesiones es la presión prolongada en un punto de la piel, pero existen algunos problemas de salud que pueden empeorarlas, como los siguientes:
Edad
Malnutrición
Humedad en la piel
Factores psicológicos
Pérdida sensorial
Inmovilidad
Zonas de riesgo en la piel
La piel puede ulcerarse en cualquier punto, pero existen algunas zonas de mayor riesgo debido a que son el soporte del peso corporal en las diferentes posiciones (decúbito supino, prono, lateral o sedente). De esta manera, de acuerdo a la posición en la que se encuentre la persona, los sitios de mayor riesgo para formar una escara son donde está la prominencia ósea.
Si bien es cierto que la cintura pélvica es la zona con mayor probabilidad de presentar úlceras por presión, es importante tener presente que toda la superficie corporal está expuesta a este riesgo.
Se ha observado que los pacientes con compromiso de la vía aérea tratados con máscaras de ventury, cánulas de oxígeno y ventilación mecánica no invasiva, presentan con frecuencia lesiones por presión (LPP) causadas por estos dispositivos sobre los pabellones auriculares, los labios y otras zonas de la cara.
Lo mismo sucede con pacientes con sonda nasogástrica, sonda vesical permanente, sondas a tórax, férulas, tracciones, inmovilizadores, entre otros. Es por ello importante tener siempre presente que cualquier elemento que rodee al paciente puede ocasionar presión continua y con ello una úlcera.
Manejo del dolor
Las úlceras por presión pueden llegar a ser molestas para el paciente y esto es una preocupación constante de la atención de la salud, ya que en algunos casos, según un estudio realizado por la Revista de la Sociedad Española del Dolor, estas lesiones también afectan áreas profundas como la hipodermis y el hueso, causando de esta manera un dolor más intenso. Por ello, la limpieza constante, la valoración de la piel para descartar infecciones y el vendaje adecuado de las heridas, es fundamental no sólo para el proceso de curación, sino también para el manejo del dolor del paciente. Asimismo, existen también otras formas para tratarlo:
Mediante el uso de medicamentos tópicos y sistémicos
Con fármacos antiinflamatorios u opioides, que ayudan a reducir el dolor. Usualmente, se recomienda tomarlos 30 minutos antes del tratamiento o manipulación de las heridas.
Es importante estudiar cada caso, pues en algunas situaciones hay medicamentos que pueden estar contraindicados y generar efectos adversos en el paciente.
¿Qué debe hacer el cuidador con un paciente en esta condición?
Es muy importante que el cuidador supervise de manera frecuente las lesiones cutáneas del paciente y garantice una correcta limpieza para evitar posibles infecciones o necrosis en las mismas.
Según un artículo publicado por el portal web de Mayo Clinic, en caso de presentar lesiones abiertas, debe limpiarse con solución salina cada vez que se proceda a realizar un cambio de vendaje. Igualmente, los apósitos deben quedar fijos pero hay que tener cuidado con que no ejerzan demasiada presión sobre la herida.
El cuidador también debe garantizar la extracción adecuada del tejido dañado o infectado.
¿Cómo prevenir las úlceras por presión?
La prevención de las úlceras por presión implica principalmente la atención y el cuidado de la piel de las personas que tienen mayor riesgo de desarrollarlas, como los adultos mayores o aquellos con discapacidades físicas.
Recomendaciones para personas que no puede pararse de su cama
Algunas recomendaciones para prevenir las úlceras por presión en personas que tienen movilidad reducida y no pueden moverse de la cama son:
Cambiar regularmente de posición
Usar almohadas o cojines para aliviar la presión en las zonas del cuerpo más vulnerables.
Mantener la piel limpia y seca para evitar la fricción excesiva.
Revisa las sábanas para que no se generen arrugas que puedan molestar la piel.
Presta atención constante a las zonas más vulnerables como codos, cóccix, talones y hombros, para evitar enrojecimiento constante.
Es importante destacar que si alguien está en riesgo de desarrollar úlceras por presión, lo mejor es buscar el consejo de un profesional de la salud. Él o ella pueden ofrecer recomendaciones específicas y diseñar un plan de cuidado de la piel personalizado que tenga en cuenta las necesidades y limitaciones individuales. Además, es fundamental seguir las recomendaciones médicas al pie de la letra, ya que esto puede prevenir el desarrollo de úlceras por presión y otras complicaciones de salud relacionadas.
¿Cómo tratar las úlceras por presión?
El tratamiento de las lesiones o úlceras por presión en los adultos mayores puede variar según el grado de la herida y la salud general del paciente. Sin embargo, es importante destacar la necesidad de contactar con un profesional del área de la salud para evaluar la herida y prescribir el tratamiento adecuado.
El tratamiento de las lesiones por presión incluye una combinación de medidas preventivas y terapéuticas. Para tratar las lesiones ya existentes, se pueden usar apósitos especiales, vendajes y otros productos para proteger la herida y promover su curación. También se pueden recetar medicamentos para tratar infecciones u otros problemas de salud que puedan estar relacionados con la herida.
Es importante recordar que las lesiones o úlceras por presión pueden ser un indicador de problemas subyacentes de salud en el paciente, como una mala nutrición o una movilidad limitada. Por lo tanto, la evaluación de un profesional de la salud es fundamental para identificar y tratar estos problemas y prevenir futuras lesiones. No se recomienda automedicarse o intentar tratar estas heridas en casa sin la orientación de un profesional del área de la salud.
Cuando conocemos la fisiopatología de los diferentes tipos de úlceras por presión y la vulnerabilidad de los pacientes, podemos implementar un adecuado plan de cuidados con miras a prevenir la formación de éstas.
En algunos casos las cremas pueden ayudar a prevenir las úlceras por presión, como la Crema Protectora Zinc de TENA, está aísla la humedad, calma y restaura la piel enrojecida. Además, tiene muchos beneficios, como:
Calmar la molesta sensación de quemaduras superficiales y enrojecimiento en la piel.
Combinar las propiedades antioxidantes del Zinc que ayudan a curar la piel y a sentirla más fresca.
Aislar la piel de la humedad, previniendo nuevas lesiones.
Fuentes
https://scielo.isciii.es/pdf/dolor/v27n2/1134-8046-dolor-27-02-00113.pdf
https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/bed-sores/diagnosis-treatment/drc-20355899
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