Las noches son el momento ideal para el descanso, la reparación de energías y, sin duda, la reflexión sobre todo lo que sucedió en el día; para esto es esencial tener ciclos del sueño correctos, porque no basta con irse temprano a la cama si no estás alcanzando un descanso que te permita despertar como nuevo al siguiente día.
¡Sigue leyendo porque aquí te explicamos de qué se tratan los ciclos del sueño y por qué son importantes!
¿Qué son los ciclos del sueño?
Las etapas o ciclos del sueño son aquellos momentos que atravesamos cuando estamos dormidos; se pueden dividir en 4 fases que van desde los 80 hasta los 100 minutos cada una para asegurarte que de verdad te recuperes.
Es probable que atravieses todos los ciclos del sueño más de una vez en una sola noche; aquí te contamos de qué se trata cada una:
Etapas del sueño
Hay dos etapas del sueño distintivas que se pueden clasificar como sueño REM y sueño No REM; ambas hacen parte de los ciclos de descanso en la noche y son esenciales para que el cuerpo funcione de manera correcta.
Así mismo, estos dos se dividen en otros sub-ciclos, que son los que realmente te garantizarán que al otro día te despiertes con energía.
Sueño No REM
Esta es una de las etapas más tranquilas de la noche, donde se está entrando al punto de descanso y el cuerpo no está en movimiento. Aquí la mente se encuentra en calma y es poco probable que se presenten sueños; los ojos están quietos y los músculos adormecidos. Este es el punto exacto donde se pasa del sueño ligero, al profundo, ralentizando la frecuencia cardiaca.
Etapa 1: Adormecimiento
Es el primer punto de la noche, cuando apenas te vas a la cama y aún no estás dormido completamente. Aquí pasan los primeros 15 minutos desde que te acuestas, cuando el cerebro aún sigue activo y los ojos están en movimiento.
Etapa 2: Sueño ligero
En este punto inicia el descanso, que aunque aún no es muy reparador, es la puerta de entrada al sueño profundo. El ritmo cardiaco disminuye y los movimientos oculares pasan a ser casi imperceptibles, hasta que desaparecen. ¡Aquí por fin empieza el estado de relajación!
Etapa 3: Transición al sueño profundo
Este es el punto exacto en el que el sueño empieza a ser realmente reparador. ¿Te has despertado incluso más cansado después de una siesta? Puede ser que no sobrepasaste este punto y el cuerpo realmente nunca llegó al estado de relajación máximo.
Puede durar de 3 a 5 minutos y es donde el ritmo cardíaco se regula, hay menos conexión con el entorno y la respiración se vuelve más lenta hasta hacer inhalaciones y exhalaciones muy profundas.
Etapa 4: Sueño delta
Si eres de los que tiene muchos sueños durante la noche, ¡este es tu momento! El sueño delta es el punto de mayor descanso y desconexión durante los ciclos. Dura de 20 a 30 minutos… Así es, no estamos en un sueño profundo durante toda la noche.
Cuando atravesamos esta etapa, el ciclo se reinicia desde el sueño ligero.
Sueño REM
Este es el punto de los movimiento oculares rápidos y aunque se creería que se da en las primeras etapas del ciclo, realmente inicia casi cuando ya entramos al sueño profundo y se da porque el cuerpo se energiza cuando soñamos.
El sueño delta tiene gran actividad cerebral y permite que se almacene correctamente la información y pensamientos que tuviste durante el día, activando ciertas funciones del cuerpo y haciendo que los ojos entren en movimiento.
¿Cuántas horas deberíamos dormir?
Es cierto que mucho se dice que entre más horas el cuerpo permanezca en reposo y estado de sueño, es mejor, pero realmente lo recomendado es que un adulto duerma entre 7 u 8 horas diarias, para que el cuerpo se recupere de manera correcta y pueda cumplir con los ciclos del sueño necesarios para tener un descanso reparador y suficiente; así que, ¡rompe el mito!
Asegúrate de que tus horas de sueño sean profundas y con eso será más que suficiente.
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¿Qué debo hacer si duermo lo suficiente pero todavía me siento cansado?
Tal vez es momento de revisar que sí estés atravesando correctamente por los ciclos del sueño, e incluso, que estés consciente del ritmo circadiano, es decir, la conexión biológica que tenemos con los horarios del día.
Dormir en la noche va a ser mucho más beneficioso para ti que dormir durante el día, ya que el cuerpo está conectado con todo el ciclo horario y la luz del día interfiere en el descanso.
Mantén una higiene del sueño adecuada, procura acostarte y levantarte a la misma hora siempre, asegurándote de que tu cuerpo comprenda la rutina y logre sincronizarse con los ciclos.
Además, podrías prestar atención a otros factores en tus hábitos diarios que pueden estar afectando el correcto descanso; por ejemplo la deshidratación, el consumo de bebidas energéticas, el sedentarismo o la mala alimentación, también interfieren en el proceso del sueño.
Aprende a conocer tu cuerpo y asegúrate de que tus noches estén siendo reparadoras; conocer los ciclos del sueño es esencial para que conectes con tu cuerpo y duermas como nunca, ¡en TENA queremos acompañar tanto tus días como tus noches!
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