Sabemos que estás viviendo una etapa maravillosa, pero que aún así, quieres poco a poco bajar esos kilos que subiste durante tu embarazo.
Primero debes saber que ¡es normal! No te juzgues ni seas demasiado dura contigo misma, más bien aprovecha al máximo para vivir estos momentos maravillosos al lado de tu bebé, porque te aseguramos que crecen en un abrir y cerrar de ojos.
Sabiendo que los procesos toman tiempo, aquí te daremos algunos tips para que sepas cómo bajar de peso después del embarazo.
¿Cuánto se demora perder el peso adquirido después del embarazo
No hay un tiempo específico para que pierdas peso, esto va a depender de muchísimos factores y en cada persona es diferente. Lo que sí te podemos decir es que ¡no te afanes! Para obtener resultados que perduren en el tiempo debes hacer las cosas bien y con calma.
Las dietas milagrosas o las grandes restricciones solo te traerán después un efecto rebote que te impedirá llegar al objetivo.
Tampoco es positivo que lleves un registro diario de tu peso, porque cuando estamos menstruando, en días de mucho estrés o después de pocas horas de sueño, tu peso puede aumentar por la retención de líquidos; más bien toma tus medidas y fíjate en la sensación de bienestar y en cómo te queda la ropa de tu clóset, estos indicadores pueden ser más confiables para tu avance.
Claves para bajar de peso después del embarazo
La clave principal es que aprendas a balancear tus platos de comida y que toda esta alimentación venga acompañada de movimiento. No tienes que obligarte a hacer algo que no disfrutes, haz lo que te resulte mejor.
También te puedes ayudar con ejercicios hipopresivos, que facilitarán que tu pared abdominal vuelva poco a poco a su lugar.
Sin duda, si quieres resultados enfocados a tu proceso y saber qué es lo que tu cuerpo quiere y necesita, acude donde un profesional que te oriente de manera personalizada.
La lactancia puede ayudar
La lactancia también hace que quemes calorías, porque por este medio le estás brindando a tu bebé nutrientes, electrólitos y elementos de alta carga nutricional que al salir de tu cuerpo, hace que bajes algunos kilos; pero tu organismo lleva su propio proceso y es importante que sepas que una disminución de peso acelerada es peligrosa incluso para lactar, porque puede dificultar la producción de leche.
Haz ejercicio cardiovascular y de fuerza
Para favorecer la pérdida de peso también debes realizar ejercicio físico, y sin duda los ejercicios cardiovasculares son excelentes para este fin, porque permiten que pierdas muchas calorías en cortas sesiones de entrenamiento. Complementa tus rutinas con ejercicios de fuerza, que también son excelentes para la quema de grasa y además facilita que tu cuerpo siga activo incluso después de la sesión de entrenamiento mientras se reponen las fibras musculares.
Además el aspecto de tu cuerpo será más estético, porque los ejercicios cardiovasculares por sí solos también pueden favorecer la pérdida de músculo y podría hacerte ver flácida; así que compleméntalos para mejores resultados.
Ten una dieta balanceada
Incluye más vegetales, que al menos la mitad de tu plato se vea como un arcoíris de verduras. En la otra mitad no olvides incluir carbohidratos como el arroz, la papa, la yuca, el plátano o tu favorito, y proteínas como carne, pescado, huevo… Tú eres quién sabe cómo medir las porciones según tu conexión de hambre y saciedad.
Incluye más frutas en tu día a día y procura disminuir las frituras y las harinas en exceso. No debes eliminar ningún grupo alimenticio, a menos que te haga daño, porque eso solo te generará más ansiedad por consumirlo y puede afectar tu lactancia.
No te saltes el desayuno
Sabes que debes mantenerte bien nutrida porque también te estás encargando de la alimentación de tu bebé. Eliminar algunas comidas no funciona en esta etapa y puede resultar contraproducente. Más bien enfócate en comer mejor y que tu cuerpo quede realmente satisfecho con cada alimento que te lleves a la boca, para que así tengas más saciedad durante el día y la ansiedad disminuya.
Tu desayuno debe incluir una buena fuente de proteína como los huevos o algunos lácteos como el queso, para que así tu día inicie con el pie derecho.
Mantente hidratada
Muchas veces solemos confundir el hambre con la sed, por eso, cuando sientas mucha ansiedad durante el día, procura hidratarte para que sepas si lo que sientes sí es realmente hambre, o es deshidratación.
Es esencial que priorices el agua, las gaseosas o bebidas azucaradas entorpecerán tu proceso de pérdida de peso, procura tomar agua natural, o en caso de que se te dificulte su consumo, saborizala con frutas o tés.
Todo es un proceso, ¡tómatelo con calma!
Estás en un momento crucial y precioso del crecimiento de tu bebé, no te angusties ni dejes que la magia de esta etapa se pierda por la necesidad de tener unos kilos menos. Trabaja en ello si quieres llegar a un objetivo, pero con calma, sin dietas extremas y sin perder tu paz mental y buena relación con la comida.
¡El proceso es maravilloso! Abraza cada etapa y vívela con calma y cariño.
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